RELIGIONES AFRICANAS

Desde el punto de vista religioso, el continente africano presenta una rica variedad que refleja tanto el profundo espíritu religioso de sus habitantes como la tolerancia con que aceptan y asumen las propuestas religiosas. La población de África está cercana a los 100 millones, que, por religiones, se distribuyen así: 316 millones musulmanes, más de la mitad de ellos en los países árabes del norte del continente; 256 millones cristianos, de los que algo más de 124 millones son católicos; alrededor de 200 millones seguidores de las religiones tradicionales africanas; el resto se reparte entre las llamadas “Iglesias independientes” o de origen africano, muchas de ellas desgajadas de las iglesias cristianas históricas, y las numerosas sectas de corte fundamentalista que surgen constantemente, especialmente en las ciudades. Tal diversidad religiosa puede ser vista como un cóctel explosivo, a punto de estallar y crear caos. Así se ha querido interpretar los frecuentes enfrentamientos entre musulmanes y cristianos que tienen lugar en Nigeria desde que hace algunos años 13 de sus Estados de mayoría musulmana adoptaron la ley islámica (sharía), o la guerra civil que enfrenta en Sudán desde hace más de veinte años al Norte musulmán y al Sur de mayoría cristiana y animista.

JUDAISMO

La religión judía tiene raíces de unos 4.000 años de antigüedad, y, a grado mayor o menor, otras religiones importantes tienen una deuda con las Escrituras de esa religión.  El cristianismo, fundado por Jesús (hebreo: Ye·schú·a‛), un judío del primer siglo, tiene sus raíces en las Escrituras Hebreas. Y —como lo muestra cualquier lectura del Corán— el islam o mahometismo también debe mucho a esos escritos (Corán, sura 2:49-57; 32:23, 24).

¿De dónde vinieron los judíos?

En general, el pueblo judío descendió de una rama antigua de la humanidad que hablaba hebreo, de la raza semítica. (Génesis 10:1, 21-32; 1 Crónicas 1:17-28, 34; 2:1, 2.) Hace unos 4.000 años, Abrán, el antepasado de los judíos, emigró desde la bulliciosa metrópolis de Ur de los caldeos, en Sumer, a la tierra de Canaán, de la cual Dios le había declarado: “A tu simiente daré esta tierra”. (Génesis 11:31–12:7.) En Génesis 14:13 se le llama “Avra-m [Abrán], el hebreo”, aunque su nombre fue cambiado después a Abrahán. (Génesis 17:4-6.) Desde él los judíos trazan una genealogía que empieza con su hijo Isaac y su nieto Jacob (cuyo nombre fue cambiado a Israel). (Génesis 32:27-29.) Israel tuvo 12 hijos, que llegaron a ser los fundadores de 12 tribus. Uno de ellos fue Judá, de cuyo nombre se derivó al pasar el tiempo la palabra “judío”. (2 Reyes 16:6, NM.)

BUSDISMO

EL BUDISMO, que a principios del siglo XX apenas se conocía fuera de Asia, desempeña hoy el papel de una religión universal. De hecho, muchos occidentales se sorprenden sobremanera al ver que el budismo medra en su propio vecindario. Gran parte de esto se debe al movimiento internacional de refugiados. Grandes comunidades asiáticas se han establecido en la Europa occidental, la América del Norte, Australia y otros lugares. A medida que multitudes crecientes de emigrados se establecen en una nueva tierra, llevan consigo al nuevo país su religión. Al mismo tiempo, cada vez más occidentales se han visto por primera vez cara a cara con el budismo.

Por ejemplo, hasta donde puede determinarse con exactitud histórica, nos enteramos de que el Buda había sido un príncipe a quien impresionó el sufrimiento y las condiciones lamentables de la sociedad dominada por el hinduismo que le rodeaba. El budismo fue el resultado de su búsqueda de una solución para los dolorosos problemas de la vida. Mahoma, de manera similar, se perturbó mucho debido a la idolatría e inmoralidad que vio en las prácticas religiosas de su entorno. Después afirmó haber recibido revelaciones especiales de Dios, que formaron el Corán y fueron la base de un nuevo movimiento religioso, el islam. El protestantismo se desarrolló del catolicismo como resultado de la Reforma que empezó a principios del siglo XVI, cuando Martín Lutero protestó contra la venta de indulgencias por la Iglesia Católica en aquel tiempo.