Cuarto periodo

MOISES

“Hombre del Dios verdadero” que fue caudillo de la nación de Israel, mediador del pacto de la Ley, profeta, juez, comandante, historiador y escritor. (Esd 3:2.) Nació en Egipto en el año 1593 a. E.C. Fue hijo de Amram, nieto de Qohat y bisnieto de Leví. Su madre Jokébed era hermana de Qohat. Moisés tenía tres años menos que su hermano Aarón, mientras que su hermana Míriam era unos cuantos años mayor que ellos. (Éx 6:16, 18, 20; 2:7.)

Primera etapa de su vida en Egipto. Moisés era un niño “divinamente hermoso” que se salvó del genocidio que decretó Faraón cuando ordenó la muerte de todo varón hebreo recién nacido. Su madre lo tuvo escondido durante tres meses y luego lo colocó en un arca de papiro y lo dejó en el río Nilo, donde lo encontró la hija de Faraón. Gracias al ingenio de la madre y la hermana de Moisés, su propia madre consiguió criarlo y educarlo debido a que la tomó a su servicio la hija de Faraón, quien adoptó al niño como si fuese suyo. Como miembro de la casa de Faraón, se le ‘instruyó en toda la sabiduría de los egipcios’ y se hizo “poderoso en sus palabras y hechos”, expresión que probablemente se refiriese tanto a sus facultades mentales como físicas. (Éx 2:1-10; Hch 7:20-22.)

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Se recogen en los primeros diecisiete versículos del capítulo 20 de Éxodo, el segundo libro de la Biblia. La siguiente es una forma sencilla de agruparlos. Los primeros cuatro tienen que ver con nuestra adoración a Dios; el quinto se centra en la vida familiar; desde el sexto hasta el noveno se dan instrucciones sobre nuestra relación con el prójimo, y el décimo es único: induce a un examen del corazón, el asiento de los motivos. A continuación se presenta un breve resumen de cómo los cristianos pueden aplicar los principios implicados.

Primero: Dé al Creador devoción exclusiva.

Segundo: No utilice imágenes en la adoración.

Tercero: Siempre respete y trate con dignidad el nombre de Dios.

Cuarto: Aparte tiempo para concentrarse en los asuntos espirituales, sin distracciones.

Quinto: Hijos, respeten a sus padres.

Sexto: No asesine.

Séptimo: Evite el adulterio.

Octavo: No robe.

Noveno: Diga la verdad.

Décimo: Rechace la codicia.

EL BECERRO DE ORO

Cuando Moisés se queda mucho tiempo en la montaña, el pueblo dice: ‘No sabemos qué le ha pasado a Moisés. Vamos a hacernos un dios que nos saque de esta tierra.’

‘Está bien,’ dice Aarón el hermano de Moisés. ‘Quítense sus pendientes de oro, y tráiganmelos.’ Cuando el pueblo hace esto, Aarón los derrite y hace un becerro de oro. Y el pueblo dice: ‘¡Este es nuestro Dios, que nos sacó de Egipto!’ Entonces tienen una fiesta grande, y adoran el becerro de oro.

Cuando Jehová ve esto, se enoja mucho. Y le dice a Moisés: ‘Apresúrate y baja. El pueblo se está portando muy mal. Han olvidado mis leyes y se inclinan ante un becerro de oro.’

Moisés baja enseguida de la montaña. Y al acercarse, esto es lo que ve. ¡La gente está cantando y bailando alrededor del becerro! Moisés se enoja tanto que tira las dos piedras planas que tienen las leyes, y éstas se rompen en pedazos. Entonces le echa mano al becerro y lo derrite. Entonces lo hace polvo.

El pueblo ha hecho algo muy malo. Por eso Moisés les dice a unos hombres que empuñen sus espadas. ‘Los malos que adoraron el becerro deben morir,’ dice. ¡Por eso los hombres matan a 3.000 personas! Éxodo 32:1-35.

SAMUEL

Destacado profeta (Hch 3:24; 13:20) al que tradicionalmente se atribuye la escritura de los libros bíblicos de Jueces, Rut y parte de 1 Samuel.  Su padre, Elqaná, era un levita de la familia no sacerdotal de Qohat. (1Cr 6:27, 28, 33-38.) Samuel tuvo tres hermanos y dos hermanas carnales. (1Sa 2:21.)

Como Ana había prometido antes de concebir a su hijo que lo daría al servicio de Jehová como nazareo (1Sa 1:11), llevó a Samuel al tabernáculo de Siló una vez destetado (quizás, como mínimo, a la edad de tres años; compárese con 2Cr 31:16), donde lo dejó al cuidado del sumo sacerdote Elí. (1Sa 1:24-28.) Así pues, ceñido con un efod de lino, Samuel ‘ministraba delante de Jehová’ mientras era solo un muchacho. Todos los años su madre le llevaba una vestidura sin mangas nueva cuando lo visitaba. (1Sa 2:18, 19.) A medida que crecía, Samuel se hacía “más agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres”. (1Sa 2:26.)

RUT Y NOHEMI

EN LA Biblia encontrarás un libro llamado Rut. Es una historia sobre una familia que vivió durante el tiempo en que Israel tuvo jueces. Rut es una joven del país de Moab; no pertenece a Israel, la nación de Dios. Pero cuando Rut aprende acerca del Dios verdadero, Jehová, lo ama mucho. Noemí es una señora mayor que ayudó a Rut a conocer a Jehová.

Noemí es israelita. Ella y su esposo y sus dos hijos se mudaron a la tierra de Moab cuando había poco alimento en Israel. Un día, el esposo de Noemí murió. Después, los hijos de Noemí se casaron con dos moabitas llamadas Rut y Orpa. Unos 10 años después, los dos hijos de Noemí murieron. ¡Qué tristeza! ¿Qué haría Noemí ahora?

Un día Noemí decide volver a su propia gente, un viaje largo. Rut y Orpa quieren estar con ella, y la acompañan también. Pero después de algún tiempo en el camino, Noemí les dice a las jóvenes: ‘Vuélvanse al lugar de donde vinieron y quédense con sus madres.’

Noemí se despide de ellas con un beso. Ellas empiezan a llorar, porque aman mucho a Noemí. Dicen: ‘¡No! Nosotras vamos a ir contigo a tu gente.’ Pero Noemí les responde: ‘Ustedes tienen que regresar, hijas mías. Les irá mejor entre los suyos.’ De manera que Orpa empieza el viaje de regreso al lugar de donde vino. Pero Rut no se va.

Noemí se vuelve a ella y dice: ‘Orpa se ha ido. Vete con ella también.’ Pero Rut contesta: ‘¡No trates de hacer que te deje! Déjame ir contigo. Donde tú vayas, yo iré, y donde vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, yo moriré, y allí me enterrarán.’ Cuando Rut dice esto, Noemí deja de tratar de hacer que regrese.